Solamente las seis últimas diapositivas corresponden a Macate, capital de uno de los distritos de la provincia de Santa, departamento de Ancash, pero…
No habíamos incluido Macate en las ‘ofertas’ de acogida para las y los jóvenes del programa, nos parecía demasiado duro para jóvenes acostumbrados a que no les falta casi nada en esta vida. Pero…, después de tanto hablar de Macate, allí han ido a parar algunas de nuestras jóvenes durante un tiempo prolongado. Y me alegro.
Conocí a las Hermanas del Buen Socorro en Huacho, a 60 km en línea recta de Macate, en plena Cordillera Negra. Tres hermanas, ‘monjas’ para nosotros, aisladas, a cuatro horas y media de camión desde Casma y a cinco horas y media desde Yungay.
Después de algunos años de trabajo conjunto con jóvenes, y por razones varias, tuvimos que emigrar de Yungay a Huacho. Lo primero que me dijeron algunos es que no íbamos a aguantar cuatro meses y medio en Huacho, que aquello era muy duro. Y fue una experiencia preciosa. Eso sí, sin lavadora ni frigorífico, sin radio ni televisión, agua cuando había y luz cuando no la cortaban.
Cuatro meses en estas condiciones son una experiencia…, hasta agradable si quieres. Pero una comunidad estable no es una experiencia, es algo más. Las hermanas estaban allí un año, y otro, y el siguiente, y los siguientes. Las mamitas aporreándoles la puerta a las cuatro y media de la mañana, y la puerta abierta a las once de la noche. Acogida, escucha…
Después de 10 años de presencia diaria, y por circunstancias varias, decidieron que tenían que marchar a otro lugar. Construyeron un comedor para las y los alumnos, construyeron un hospital, y ¿a dónde ir?, a Macate. Ya habían cumplido su compromiso con Huacho.
¿Qué hacen tres hermanas, monjas, con estudios, perdidas en plena Cordillera Negra, un día sí y otro también? Está claro que no son una ONGD. Las ONGD llegan una vez al mes a las 10,00 de la mañana en un ‘cuatro por cuatro’, un pequeño ‘rollo’ y una visita a unos proyectillos que dicen que cambiarán el mundo y vuelta a las comodidades de la ciudad. Allí se quedaban ‘mis hermanas’. Eskerrik asko, Rosa, Sandra, Teresa, Ruth… por vuestra acogida y tantos momentos agradables, y cuidaos, que ya no sois tan jovencitas.
Eskerrik asko, Jessica, por las fotos que reflejan tu, y vuestra, experiencia en La Esperanza y Macate.
Y todavía me queda una visita a Macate.