Como cada año, desde el año 2001, en los meses de julio y agosto la comunidad abre sus puertas y recibimos a personas que desean tener una experiencia de encuentro con la realidad de nuestras comunidades y gentes. Es una experiencia de encuentro, de contraste, de compartir dando y sobre todo recibiendo. Es una experiencia que cuestiona nuestros valores y estilo de vida. Podemos decir que los pobres nos evangelizan porque nos enseñan muchas cosas esenciales de la vida. La experiencia se ofrece a personas vinculadas con los viatores y las obras viatorianas. Es una experiencia gratificante pero difícil, experiencia que deja huella donde lo humano lo abarca todo, experiencia donde uno puede mirar sus límites.

Este año eran seis los/las valientes apuntados a la experiencia. Adolfo Velasco (csv) y Marta Bullón (profesora del colegio San José de  Basauri) que llegaron el 8 de julio y estuvieron hasta el 25 de agosto. María Concepción Mendizábal (cocinera de la comunidad en Sopuerta), Usoa Tejedor, Igone Sierra y Estíbaliz Patino. Estas llegaron el 27 de julio y se fueron el 26 de agosto.  3 de Sopuerta, 2 de Basauri y un Viator de la comunidad de Villaverde de Madrid.

La experiencia ofrece conocer a fondo, de primera mano, el trabajo de cooperación y desarrollo que hace SERSO HONDURAS, estando en Jutiapa mientras se van aclimatando, y una estancia de varias semanas en comunidades rurales de montaña conviviendo con familias y participando en la vida y actividades de la comunidad. Este año las comunidades elegidas fueron Urraco Lislis y San José.

Esperamos que la estancia haya sido gratificante para todos y haya dejado su huella positiva como referente para el caminar de la vida futura. Gracias a todos por visitarnos y compartir la vida y la misión de la comunidad viatoriana de Honduras.