«…Pero Dios tampoco estaba en el terremoto»
La tierra se sacudió como animal furioso, temblaron los montes y el mar desató su enojo, los suelos se abrieron y lo construido fue destruido, y un pueblo cansado de sufrir vuelve a sufrir.«…Pero Dios tampoco estaba en el terremoto»
Vimos sus rostros y oímos sus llantos, las imágenes estremecían y golpeaban, personas deambulando, cuerpos aplastados, destrucción y muerte, dolor y angustia, tras el terremoto cruel y devastador.«…Pero Dios tampoco estaba en el terremoto»
Hijos sin madres, madres sin hijos, hermanos sin hermanos, amigos sin amigos, miles y miles de vidas aplastadas en segundos, historias, esperanzas, sueños, ilusiones que desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos.«…Pero Dios tampoco estaba en el terremoto»
El horror dejó su marca indeleble en las miradas perdidas, en las caras desoladas, en los muertos, en los atrapados, en los mutilados, en cada vida quebrada por lo no esperado.«…Pero Dios tampoco estaba en el terremoto»
Alguien gritó su espanto, otras voces se unieron.«Y Dios estaba entre ellos»
Alguien elevó una plegaria, otros siguieron.«Y Dios estaba entre ellos»
Alguien cantó y muchos cantaron.«Y Dios estaba entre ellos»
Alguien levantó un escombro y otros más comenzaron a levantar las piedras.«Y Dios estaba entre ellos»
Alguien abrazó a un herido y otros más los cargaron en brazos.«Y Dios estaba entre ellos»
Alguien tendió su mano y miles de manos se unieron.«Y Dios estaba entre ellos»