Explotación infantil
Son nuestro hijos. Los miles de niñas y niños explotados a lo largo y ancho de la tierra. Nacieron, ellos también, para ser príncipes, hijos de rey; pero nosotros -también nosotros- les usurpamos su trono.
Por eso es justo que nuestros niños de aquí aprendan, desde chiquitos, con la sangre de quién se está amasando su bienestar. Y que aprendan a gritar por ellos, ya que ellos, al límite de sus fuerzas, al límite de sus vidas, ni fuerzas les quedan ya para quejarse.
En cada uno de nosotros (cómodos habitantes del primer mundo, que llamamos ‘crisis’ a tener que reducir un poco lo superfluo) hay un potencial explotador. Y, ya desde nuestros años de aprendizaje, un aprendiz de patrón.
«Con la música a otra parte»
Canción: ‘Se quejan’ – Pablo Santamaría