Durante el mes de septiembre pasado me llegaron algunas notas del ‘diario’ que iba escribiendo Jon en Somalia. Aprovechando la Navidad le he pedido autorización para ir transcribiendo las experiencias de aquellos días. No creo que sea necesario decir más, él lo cuenta muy bien. Eskerrik asko, Jon.
Mogadiscio primera noche. Septiembre 17
Empieza a hacer calor aquí en el puerto de Moga (así lo llaman los que han llegado a poner un poco de silencio en esta locura).
Después de 13 horas de vuelo en un avión de carga cedido por Lufthansa, con paradas en Dusseldorf , Frankfurt y Nairobi, sin bajar del avión y cargando cientos de sacos de arroz (excedente de Corea del Sur y “comprado” por el Programa Mundial de Alimentos (PMA)), de botellas de agua, de suero, medicinas y equipo medico, aterrizamos en el KM50, un aeropuerto de pista medio de tierra que está a50 kmde Moga y que los ingleses prepararon para evacuar el país cuando la independencia.
El piloto nos avisa que es mejor no volar a Moga porque se ha pasado la hora del rezo de los musulmanes y que en cualquier momento pueden bombardear el aeropuerto de Moga, donde nos esperan.
A pie de pista una veintena de camiones pesados de ACNUR, PMA y ONU, nos esperan para descargar todo el material del avión, que volverá el miércoles con más equipo.
D. (belga) y H. (alemán), con los que he compartido viaje y planes en el hotel Convención de Madrid, montamos en el mismo camión. Nos custodian cascos azules de la Unión Africana (ugandeses y burundeses).
Tardamos más de una hora por carretera de pista y polvo en llegar al puerto de Moga. Cada cierto tiempo por el camino aparecen grupos de milicianos de Al-Sabaab que vigilan nuestra marcha desde pick-up Toyotas artilladas.
Nos recibe M., una mujer llavero japonesa que es la jefa de misión del PMA para el cuerno de África y habla cinco idiomas y escupe el español más que hablarlo. Nos presenta a su “equipo”: 19 extranjeros expatriados de casi otros tantos países que están atrapados en el puerto desde hace meses y que ya no se tumban cuando los disparos pasan por encima de sus cabezas y se han acostumbrado al ritual, y unos 145 somalíes que son los que salen a las calles de Moga a organizar y cumplir lo que a los expatriados de la ONU les está vedado hacer si no quieren ser secuestrados por los milicianos de Al-Saab.
Nos da la bienvenida y vamos juntos a una especie de bunker hecho con sacos terreros para explicarnos cuál es la situación actual de hambruna, número de desplazados, campos habilitados, focos de milicianos, posibles puntos de localización de perforación de pozos artesanos, cuál es el cometido de cada uno de nosotros tres y las normas que, nos guste o no, tenemos que cumplir para no romper la “alianza” con los musulmanes de Al-Saab:
- No pueden trabajar mujeres en los campos de refugiados ni prestar asistencia sanitaria (con lo cual las mujeres somalíes se morirán como perros porque ellas sólo permiten ser atendidas por personal femenino).
- No trabajar los domingos.
- No escuchar música en los campos. Quedan prohibidas las bebidas alcohólicas por parte de los extranjeros.
- No utilización de gafas de sol.
- No utilizar ropa o prendas militares (me he quitado las chapas de identificación colgadas del cuello).
- No tomar agua del río Jakar Ibran ya que sus aguas son “sagradas” (es el único río que lleva un poco de agua y viene de las montañas de Eritrea).
- Utilizar ropa de manga larga.
- Visibles en las ventanillas de los vehículos las pegatinas que afirmen que no se portan armas)
- En el caso de creación de escuelas en los campos no pueden estar niños y niñas juntos.
- En los pabellones sanitarios no puede haber personal de distinto sexo ingresado.
D. suelta una retahíla de tacos en francés que la propia M. se queda alucinada, pero nos repite que hay que cumplir las normas a rajatabla por el peligro de que se nos impida trabajar.
Se nos asigna una litera y se nos da un chaleco con nuestro nombre y nacionalidad. Nos duchamos (duchas de 3 minutos), preparamos el equipo y “desayunamos”: pan de molde con mantequilla de cacahuete, té y unas tostas de maíz.
Nos echamos un rato a descansar y dormir. Aprovecho a empezar a escribir en mi Molleskine. Aun no me ha dado tiempo a darme cuenta de dónde estoy. Leo la carpeta escrita en castellano con los últimos datos recogidos por PMA y ONU de la situación:
- Es la peor sequía desde los años 50
- Se calcula que 12 millones de personas en el cuerno de África corren riesgo de hambruna.
- El PMA en Mogadiscio está alimentando a 1.500.000 de personas.
- En el año 2010 el PMA solicitó a los países ricos de Naciones Unidas 500 millones de dólares porque se preveía esta situación: apenas ha recogido 210.
- El precio del sorgo rojo (mijo), principal alimento de los somalíes ha subido el precio en un 240%.
- Ha terminado la segunda temporada de lluvias y no ha llovido. La tercera es en el otoño, pero aunque llueva, al campesino no le dará tiempo a “esperar” tres meses a que la cosecha produzca, por lo que se piensa que se comerán las semillas que se repartan como en otras situaciones.
- Los buques de guerra de la operación Atalanta (americanos y europeos) traen alimento y equipo únicamente una vez al mes, para no ser tratados como “ingerencia” por los islamistas de Al-Saab.
- La tasa de malnutrición ronda el 17% (dos puntos más de lo que se tabula como catástrofe alimentaria).
- El 20% de los menores de cinco años (más niños que niñas) sufren desnutrición.
- El 43% de la población de la capital viven con menos de un euro al día
- En la actualidad hay en todo el país 45 hospitales, pero todos son privados ya que no hay un ministerio de salud.
- Hay un médico por cada 100.000 habitantes.
- Hay tres compañías de telefonía móvil.
- Los billetes de dinero (chelín somalí) no los fabrica el banco mundial ya que no hay bancos. Los hacen los propios empresarios y se imprimen en Canadá, con lo que la inflación es galopante. (luego me contará H. que en el 97 se fundó un banco (barakaat) que funcionaba con 300 empleados (100 vigilantes armados) y era el que recibía el dinero que los somalíes del resto del mundo para sus familias en su país, y que Busch en noviembre de 2001 cerró (al igual que las empresas que facilitaban internet) porque “eran financiadoras y colaboradoras de Bin Laden”, con lo que a los somalíes se les cerró el único recurso financiero.
- El mayor campo de refugiados lo montó MSF en el año 1996 en Dabaab, con una capacidad estimada de 90.000 personas. En la actualidad, y en los últimos seis meses se han filiado 450.000 personas, con una entrada diaria de 1.500 refugiados nuevos al día. En la actualidad cada refugiado dispone de tres litros de agua al día para lavarse, cocinar y beber (cuando lo mínimo son veinte litros en situación de emergencia severa). Sólo el 20% de los refugiados dispone de tiendas de campaña de plástico para poder vivir, siendo las cabañas de adobe y ramas las que más se están construyendo.
- Se estima que el 10% de los niños acogidos en este campo se morirán por inanición. Se estima que hasta la fecha (15 de septiembre) han fallecido 29.000 niños antes de llegar a dicho campo.
- Las tres prioridades actuales, que son misiones primordiales y urgentes, son:
ð Búsqueda de agua en pozos artesanos de agua no salubre.
ð Creación de dos campos intermedios entre Kysmayo (la tercera ciudad en importancia a unos 300 kms de distancia de Moga), y la frontera de Kenya para apoyar a los refugiados que van huyendo de la milicia, el hambre y la sequía y para que así, Dabaab, no se convierta en un cementerio de hambrientos.
ð Detección, scrinning y aislamiento de casos de cólera en dichos campos intermedios.
- Hay un plazo de 240 horas para poner en marcha ambos campamentos y las primeras medidas contra el cólera antes de que llegue a las fronteras de Kenia y/o Etiopia/Eritrea.
- Se deberán extremar las medidas de seguridad personal así como de equipo y material.
- Mientras que se esté en la base de Moga, habrá barredores de frecuencias con el fin de evitar posibles atentados en forma de paquete explosivo. Se avisarán puntualmente de las horas de uso de móviles personales. Estas horas variaran constantemente en para no facilitar filtraciones por parte de miembros del equipo de somalíes afines a la milicia de Al-Saab.
- Se deberá ir acompañado siempre en caso de salida de los campos por personal militar de Unión Africana.
- Con el fin de una mejor aproximación con las personas somalíes, se procurará saludarles en idioma suajili y nunca en inglés o en italiano.
- Se evitará cualquier altercado y/o discusión con miembros de la milicia, ya sea en los campos o en los controles militares por ellos establecidos. El contacto con ellos se realizará únicamente por parte de los miembros militares de la Unión Africana.
- Siempre se llevará consigo un W.T. cargado y con las frecuencias pregrabadas.
- Se dejará por escrito el lugar exacto adonde nos dirigimos en caso de salida de los campos.
- Habrá oficios religiosos en distintas religiones en los campos para el personal creyente (curioso).
- A las 6,00 de cada mañana habrá un contacto general vía W.T.
Al acabar la lectura, y teniendo a M. como “solucionadora” de dudas, quedamos en un plazo de una hora para definir a cada uno nuestra labor: a mí se me asigna montar el primer campo a150 km de Kysmayo y otros cincuenta de la frontera con Kenia. Aún no sabemos cómo se va a denominar el campo o si va llevar el nombre de la aldea donde se monte. Iré acompañado por 55 soldados de la Unión Africana y por 25 técnicos somalíes que ya trabajan para el PMA. A D. le toca lo mismo, pero en un campo que se creará a50 km de la frontera con Kenia para desahogar Dabaab. H. se dedicará a buscar pozos cada30 km hasta la frontera con Kenia a lo largo de la cornisa Índica.
Saldré mañana a las 6,15 para empezar esta historia que no sé cómo acabará. Aún estoy lo suficientemente asustado como para darme cuenta de ello.
Paso la tarde organizando equipos y material. Los viejos Syrkoski (helicópteros pesados de dos rotores) están preparados en uno de los barcos de la operación Atalanta.
Hablo con los mandos de los cascos azules para organizar el viaje de mañana.
Ahora, cuando todo está en silencio y un musulmán llama a rezar desde algún minarete de algún barrio en ruinas de Moga, me siento solo, espantosamente solo. Pero no es la primera vez.
Dicen que mañana vendrá la lluvia….
Usiku Mwema (buenas noches en suajili).
¡Qué horror! Es para morirse de desesperanza… Bravo por todos los solidarios, locales y extranjeros! A veces, parece que la «humanidad» está todavía en la «edad de piedra»… Benoît