TREINTA AÑOS DE VIDA Y LUCHA – COMUNIDAD CRUZ DE MAYO

         Celebración del trigésimosexto aniversario de la Comunidad Campesina 

 

Temprano, a las ocho de la mañana, mientras los rayos ya cálidos del sol anunciaban una jornada llena de calor y alegría, comenzaba la celebración. La pelota rodaba para correr detrás de la vida y la felicidad que puebla cada rincón de Cruz de Mayo. Con el deporte se abría la jornada de celebración del trigésimosexto aniversario de la comunidad campesina de Cruz de Mayo que tuvo lugar el pasado lunes 2 de abril de 2012, un día entero para celebrar tantos años de vida y lucha compartida.

         A eso de las diez treinta, la multitud se aglutinaba en el coliseo de la comunidad, el sol bien alto ya, la música poblando el aire de canciones. A esa hora el obispo de Huaraz –José Eduardo Velázquez- comenzaba la Eucaristía de acción de gracias por tanto tiempo de camino juntos.  Mil panes bendecidos de sus manos, bajo el lema de la hermana Emma de “son para compartir, son un símbolo de unión”, llegaban a las manos de cada campesina y campesino para hacer realidad en ese pan el símbolo de las manos que se unen para seguir, año tras año, venciendo el cansancio, defendiendo su tierra, sus chakras, su hermosa laguna de Parón. Treinta y seis años de cansancio y desgaste que no caen en el vacío porque en el pecho de cada comunero late el ansia de que su naturaleza siga viva y en pie, libre de máquinas que manchen su aire, que llenen de ruidos molestos el aire que sólo el sudor de sus manos conoce. En toda la jornada se hicieron presentes también miembros del CEAS, Umberto Ortiz, su secretario ejecutivo, y Jesy Romero, antropóloga, que llenaron de afecto y delicadeza el encuentro entregando sendos cartelones que reconocen a la comunidad su entrega por el medio ambiente, a los que le siguió una chompa que le regaló a Umberto la comunidad.

 Tras la Eucaristía, se hicieron presentes los regidores y el alcalde de Caraz, en cuya presencia se otorgaron diplomas a todos los antiguos presidentes de la comunidad desde su creación hasta el actual, Carlos Milla. El equipo de san Viator, presente durante todo el día, y que ayudó con la sonorización y dinamización, otorgó diplomas honoríficos a diferentes personas de la comunidad por su destacada labor en el trabajo por la Laguna de Parón y la comunidad campesina Cruz de Mayo.

         Carreras de cuyes que nunca llegaron a ser –porque todos olvidaron sus cuyes en las ollas hirviendo-, competición de carreras de huevos en cucharas, concurso de saltar con saco y de pelar papa o de hilado hicieron las delicias del público presente, que, acto seguido, dio buena cuenta de la sopa y del picante de cuy que había preparado una parte de la comunidad.

         La tarde continuó entre el deporte espontáneo, la chicha que alegra el corazón, la chela compartida, y el sol perdiéndose, satisfecho de contemplar la alegría de la acogedora comunidad Cruz de Mayo que, viva, en pie, continúa y continuará luchando para que su espacio natural siga siendo un lugar cargado de tranquilidad y paz, más allá de todo interés extraño por apropiarse de una tierra que es, y seguirá siendo, de sus moradores.

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